En la vida, mientras perseguimos nuestros objetivos, mientras avanzamos, mientra vivimos, a veces nos encontramos baches en nuestro camino. Unas veces pequeños, que sorteamos incluso sin darnos cuenta y otras veces grandes piedras que incluso nos hacen cambiar de dirección. Pero eso es lo máximo que deberían hacernos: que cambiemos la ruta; pero nunca frenarnos, nunca pararnos.
Unos días antes de Navidad, me encontré con uno de esos obstáculos: una lesión en la zona lumbar de la espalda. Un dolor que me impedía andar, pero que al menos no era demasiado fuerte si no me movía. Lo peor no fue ya el dolor en sí y que me obligó a parar los entrenamientos y algunas cosas de mi rutina, sino que cuando has pasado ya por un cáncer, cualquier dolor así extraño te acojona.
Así que aunque parecía remitir lentamente, hasta que pasado un mes no me dieron los resultados de la resonancia, no estuve tranquilo del todo.
Y todo esto lo cuento para que sepáis por qué he tenido que parar mis entrenamientos, pero sobre todo para que tengáis en mente algo: en nuestra marcha hacia nuestros objetivos y nuestros sueños, nos encontraremos cosas que nos obstaculizarán el camino, pero nunca podemos dejar que nos frenen, sino que debemos respirar, coger fuerzas y si es necesario, replantear la ruta, pero nunca parar.
Por tanto, ¿qué es una lesión de espalda? ¿6 semanas de parar? Bueno, pues gracias a que sólo es eso. Ya tengo nuevo objetivo: recuperar las marcas que tenía en los entrenos antes de la lesión y continuar avanzando hacia ese objetivo que me marqué: completar la Pinatarius.